A diario en las organizaciones escuchamos reclamos como los siguientes: “Estoy sobrepasado de trabajo”, “Me están matando de tareas”, “Ya no puedo más”, “Me llevo tareas a mi casa, pero igualmente no llego”, etc.
Preguntemos entonces, porque las empresas llevan a sus miembros a un punto límite de sus posibilidades.
Planteemos una dinámica organizacional, que conduzca a la sobre exigencia, para que las empresas puedan cumplir con sus objetivos sin hacer daño a su gente. El enfoque será el de la “vida equilibrada”, ya que no tenemos dos vidas, sino una sola, y a la que se deben destinar los esfuerzos. El fenómeno se registra en los trabajadores de todas las edades, género, áreas, niveles e industria.
Esta situación impacta fuertemente, sobre la salud psicofísica de las personas que desarrollan sus actividades, con diferentes y múltiples manifestaciones. El impacto negativo es sobre la vida personal, familiar, y extra laboral que provoca un malestar generalizado.
Empecemos el análisis por las empresas:
¿Por qué depredan a sus trabajadores? La depredación es un fenómeno complejo donde intervienen múltiples causas y diversos factores. Lo más significativo es que la depredación empieza a naturalizarse, como modalidad legítima de trabajo. Sin embargo, la depredación no es un objetivo de la organización, no pretende perjudicar a sus miembros, es una consecuencia no deseada.
Bien, cómo explicamos entonces, que las empresas destruyan sin intención a su principal activo, su gente. Lo primero a comprender, es que debemos distinguir que desafíos enfrentan las empresas y las personas.
El desafío de las empresas es “hacer más y mejor, pero con menos”. Esta es la ecuación que la compañía enfrenta a diario.
En cambio, el desafío de la gente es “adaptarse, o ser la variable de ajuste”. La amenaza para los que no logren adaptarse es la precariedad laboral y el desempleo.
Estos desafíos generan un circuito depredador con base desde la misma misión, visión y valores de la organización. Todo está materializado en una serie de documentos normativos, y distintas acciones sobre la voluntad, la racionalidad y la afectividad de las personas. La empresa opera sobre la mente, alma y espíritu de su gente. Ante estos tres aspectos se espera que los individuos se impongan a sí mismos, involucrando un compromiso personal por los resultados, sin importar las condiciones.
A partir de esto, si los resultados de las personas no son los esperados se identifica como fracaso personal y la empresa sanciona y ajusta la conducta. Si los resultados son los deseados por la empresa se los visualiza como un éxito personal. En los dos casos queda reafirmado el circuito depredador.
La consecuencia de esto es el estrés, la enfermedad del siglo, una epidemia global. Al estrés se lo define como "la respuesta de adaptación de la persona a un estímulo que le genera excesiva demanda psicológica y física”. El estrés laboral se manifiesta en una serie de enfermedades y problemáticas que deben analizarse y comprenderse en su totalidad. Por ejemplo: la adicción al trabajo, síndrome de burn-out (persona quemada), karoshi (implica morir en el lugar de trabajo), executive drop out (se retira y hace un cambio total de actividad), triángulo de la muerte (demanda laboral, profesional y familiar) y fenómenos derivados de la tecnología (hipercomunicación).
Contra la depredación de las empresas, encontramos algunas estrategias con un enfoque individual y empresarial:
Estrategias individuales:
• Dejar de ser víctima y convertirse en protagonista de la historia, soy responsable por la situación vivida.
• Gestionar mis tiempos en función de su calidad.
• Crear una carrera profesional propia.
• Dirigir al jefe, conocer las necesidades y responsabilidades para mejorar el vínculo para ambos.
• Cambiar el triángulo de la muerte por el círculo de la vida. Definir correctamente “exitoso”, alguien que le aporta a la vida, su persona, su familia, profesión y trabajo.
• Gestionar mis tiempos en función de su calidad.
• Crear una carrera profesional propia.
• Dirigir al jefe, conocer las necesidades y responsabilidades para mejorar el vínculo para ambos.
• Cambiar el triángulo de la muerte por el círculo de la vida. Definir correctamente “exitoso”, alguien que le aporta a la vida, su persona, su familia, profesión y trabajo.
Estrategias organizacionales:
• Imponer objetivos alcanzables.
• Responsabilidad social de la empresa hacia la gente.
• Impulsar procesos de cambio integral.
• Considerar los cambios en el mercado laboral.
• Responsabilidad social de la empresa hacia la gente.
• Impulsar procesos de cambio integral.
• Considerar los cambios en el mercado laboral.
Algunas de las mejores prácticas que el mercado ofrece:
• Horario flexible ingreso y egreso.
• Gimnasio en la empresa.
• Horario de verano, acortando los viernes.
• Trabajo desde el hogar.
• Día libre por cumpleaños.
• Semana comprimida.
• Permisos por maternidad y paternidad mas allá de lo estipulado por la ley.
• Programas de capacitación en conciliación. Cuidado de la salud, calidad de vida y gestión del tiempo.
• Gimnasio en la empresa.
• Horario de verano, acortando los viernes.
• Trabajo desde el hogar.
• Día libre por cumpleaños.
• Semana comprimida.
• Permisos por maternidad y paternidad mas allá de lo estipulado por la ley.
• Programas de capacitación en conciliación. Cuidado de la salud, calidad de vida y gestión del tiempo.
Finalmente, lo presentado tiene como objetivo la comprensión de la esencia misma del trabajo, ¿para qué trabajamos? ¿cómo trabajar mejor? ¿dignificar la vida de los que trabajan? Desarrollar estrategias y programas en materia de equilibrar la vida personal y profesional, ya que incrementarán los niveles de atracción y fidelización del mejor talento, generarán innovación y creatividad y desarrollarán ambientes de trabajo saludables.
Bibliografía:
“Empresas depredadoras, recursos no tan humanos”, Alejandro Melamed (2006).
“Las personas son lo más importante”, Serie MateriaBiz (2009).
“Las personas son lo más importante”, Serie MateriaBiz (2009).
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